Algunos negocios europeos resilientes que me gustan, parte 2: Chocoladefabriken Lindt & Sprüngli (LISN)
Esta es la segunda parte de una serie de publicaciones que iré escribiendo acerca de algunas empresas europeas que se las han ideado para sobrevivir, resistir y adaptarse con el paso de las décadas (o incluso siglos). En el anterior post escribí sobre Tonnellerie François Frères (link). Hoy me gustaría hacerlo sobre una de las empresas más icónicas de Suiza y una de las marcas más reconocidas del mundo por los apasionados del chocolate: Lindt & Sprüngli (Lindt)
A juzgar por las estadísticas, en Europa se disfruta del chocolate como en ninguna otra parte del mundo. De los 10 países donde más chocolate se consume per cápita, 8 son europeos. Según Statista, la clasificación mundial la lidera Suiza, donde el consumo medio de chocolate es de 11,8 kg al año. El chocolate puede ser disfrutado de diferentes maneras y en diferentes formatos, pero para tener una idea de lo que representa, la cifra equivaldría a que el suizo medio come más de 100 tabletas de chocolate cada año.
El cacao, el ingrediente principal del chocolate, es rico en sustancias químicas vegetales, llamadas flavonoides, que pueden ayudar a proteger el sistema cardiovascular. Harvard publicó un estudio hace no mucho que parece demostrar científicamente que el consumo moderado de chocolate negro ayuda a relajar los vasos sanguíneos y a mejorar el flujo sanguíneo, lo que reduce la presión arterial. Lo cierto es que tenga o no tenga beneficios para la salud, el principal motivo por el que los suizos aman el chocolate es porque es un producto con mucha tradición, y no hay una empresa que tenga más tradición en la elaboración de chocolate que Lindt & Sprüngli.
Fundada en Suiza en el año 1845 por David Sprüngli y su hijo Johann Rudolf Sprüngli, Lindt se convirtió en la primera empresa en elaborar chocolate en tableta en las regiones germanoparlantes de Suiza. En el siglo XX, Lindt comenzaría a hacer sus primeras adquisiciones de chocolaterías icónicas, pero no sería hasta bien entrada la década de de los 90 cuando llevaría a cabo la adquisición de marcas tan importantes como la chocolatería austríaca Hofbauer Osterreich, la italiana Caffarel o la estadounidense Ghirardelli. Todas ellas son marcas centenarias que representan el patrimonio del chocolate de su país y esconden historias empresariales únicas. Durante la fiebre del oro de mediados del siglo XIX en EE.UU., quienes vendían picos y palas a los mineros no fueron los únicos en hacer grandes fortunas: Domingo Ghirardelli descubrió astutamente que a los mineros exhaustos les encantaba el chocolate para recuperar energía y seguir buscando oro.
Lindt ha logrado hacerse un hueco en el corazón de los amantes del chocolate de todo el mundo. Los maître chocolatier (como se hacen llamar) cuentan con dos siglos de experiencia y conocimiento acumulado sobre cómo elaborar buen chocolate y cómo fortalecer una marca que el consumidor asocia con máxima calidad. Sus centenarias recetas originales todavía permanecen en secreto, y es lo que le ha permitido defender unas marcas tan valiosas ante cientos de imitaciones fallidas de la competencia.
Lindt se ha consolidado como una de las marcas de referencia de chocolate premium en el mundo en un sector que es más competitivo y complejo de lo que a priori pueda parecer.